Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 en el punto medio de la Agenda 2030
Alejandro Moreno

YWP Ecuador - Ingeniero de Procesos

Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 en el punto medio de la Agenda 2030

El Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (ODS 6) de la Agenda 2030 busca garantizar acceso a agua potable y saneamiento para todos, abordando además la gestión sostenible de los recursos hídricos.

Retos mundiales del agua.

Desde la primera Conferencia del Agua de las Naciones Unidas en 1977, se advirtió sobre una posible crisis del agua si no se tomaban medidas urgentes. Sin embargo, para la conferencia de 2023, la crisis del agua ya es una realidad, y lamentablemente, se espera que continúe empeorando. Los desafíos globales relacionados con el agua se resumen en tres grandes problemas: escasez, exceso y contaminación.

La escasez de agua, causada por sequías, el agotamiento de los recursos hídricos y la falta de servicios adecuados, deja a muchas personas sin suficiente agua para beber, alimentarse o cubrir sus necesidades básicas de saneamiento. Esta a su vez puede llevar a la desertificación, la ralentización del desarrollo económico e incluso generar tensiones sociales, tanto a nivel local como internacional. Por otro lado, el exceso de agua, provocado por inundaciones, lluvias excesivas, el derretimiento acelerado de glaciares y el aumento del nivel del mar, obliga a las comunidades a enfrentar evacuaciones, daños en infraestructuras públicas y privadas, y graves afectaciones a la salud pública. Estos fenómenos también agravan la desnutrición y la inseguridad alimentaria. La contaminación del agua, impulsada por la urbanización descontrolada, el crecimiento poblacional y la generación de aguas residuales, es otro reto crucial. Los contaminantes fomentan el crecimiento de algas que consumen el oxígeno en el agua, creando zonas muertas y destruyendo la biodiversidad.

Es crucial señalar que el agua es un reflejo directo de los impactos del cambio climático. Las sequías cada vez más intensas y frecuentes, las inundaciones más destructivas, las lluvias impredecibles y el rápido deshielo de los glaciares son solo algunos ejemplos. Estos fenómenos desencadenan una serie de efectos en cadena que alteran la economía, desestabilizan las sociedades y ponen en riesgo la biodiversidad, generando un impacto profundo en todas las formas de vida en el planeta.

¿Qué está en juego?

A menos de seis años para que se cumpla el plazo de la Agenda 2030 de la ONU, el progreso hacia los objetivos, especialmente los relacionados con el agua, está lejos de ser alcanzados y esto se refleja en las estadísticas ya que miles de millones de personas siguen sin acceso a agua potable, saneamiento e higiene (ODS6). El ritmo actual de avance en algunos indicadores no es suficiente para cerrar la brecha antes del plazo establecido; en algunas regiones, incluso ha habido un retroceso en la cobertura. Una gestión efectiva del agua y el saneamiento es esencial para enfrentar desafíos globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la seguridad alimentaria, las pandemias, los conflictos sociales, la pobreza extrema y la igualdad de género.

En contexto, como parte de la Agenda 2000-2015, la meta 7c de los ODM se centraba en reducir a la mitad el número de personas sin acceso a agua potable y saneamiento básico, pero solo buscaba mejorar el acceso a estos servicios. En cambio, el ODS 6, que comenzó en 2015, tiene un enfoque mucho más amplio: no solo busca que todos tengan acceso a agua y saneamiento, sino que también se preocupa por la gestión del agua, su calidad, la sostenibilidad y la protección de los ecosistemas hídricos.

Puntos claves del ODS 6 a ser tomados en cuenta:

Para alcanzar los objetivos de acceso mundial, es necesario incrementar seis veces los esfuerzos en la cobertura de agua potable, cinco veces en la demanda de alcantarillado y tres veces en el acceso a la higiene básica. Actualmente, el acceso a agua, saneamiento e higiene sigue siendo inalcanzable para millones de personas, especialmente en las zonas rurales y en países en desarrollo.

El 42 por ciento de las aguas residuales domésticas no son tratadas adecuadamente. Definir un porcentaje de las aguas residuales industriales se vuelve muy complicado por la falta de información alrededor del mundo. A pesar de que cerca del 60 por ciento de los cuerpos de agua monitoreados globalmente indican una calidad de agua adecuada, la falta de información y datos dificulta monitorear las tendencias globales, dejando a los indicadores bajo riesgo.

  • El estrés hídrico está aumentando a nivel mundial, especialmente en las regiones áridas, que han experimentado un incremento sustancial en los últimos 20 años. La dependencia de fuentes de agua no renovables, que eventualmente se agotarán, representa una seria preocupación para la sostenibilidad de la producción alimentaria y la resiliencia de los sistemas agrícolas.
  • Una quinta parte de las cuencas fluviales a nivel mundial ha experimentado cambios rápidos en la cobertura de agua, lo que indica la ocurrencia de inundaciones y sequías. Estos fenómenos están vinculados al cambio climático y a una gestión deficiente de los recursos hídricos.
  • Los compromisos de asistencia para el desarrollo en el sector del agua han disminuido un doce por ciento entre el año 20215 y 2021. Mientras que durante el mismo tiempo la reducción de desembolsos reales fue de 15 por ciento para el mismo periodo a pesar de la imperante necesidad de incrementar la financiación para lograr los ODS.

En general, los estados miembros de las Naciones Unidas tienen datos de alrededor de dos tercios de los doce indicadores para el ODS 6. Esto representa un avance significativo comparado con años anteriores, sin embargo, existe todavía una brecha importante de conocimiento.